El oportunismo del presidente Andrés Manuel López Obrador rindió frutos importantes. Bueno, cuando menos en el corto plazo, al defender a tres dictaduras y decir que si no las invitan a participar en la Cumbre de las Américas en Los Ángeles dentro de tres semanas, no asistirá. López Obrador se montó en las gestiones diplomáticas que realizaron una decena de gobiernos latinoamericanos desde diciembre pasado para que los convocaran, las hicieron sus, lo tomaron como misión ideológica y lo publicit. La diplomacia a ronco pecho en la mañanera tuvo su efecto. Al socializarse las resistencias en el subcontinente, metió al presidente Joe Biden en un brete.
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