Explicación del final del negociador



Explicación del final del negociador 2

Desafortunadamente, durante su búsqueda, los dos son localizados y acorralados antes de que puedan encontrar alguna evidencia. En pánico, Roman recurre a sus instintos de negociación y fanfarronea de haber encontrado pruebas, con la esperanza de forzar una confesión. Sin embargo, antes de que ocurra algo, el comandante de la policía del distrito entra en la casa, ordena a los oficiales que salgan y le ruega a Roman que entregue las pruebas.

En este punto, Sabian se da cuenta de que el comandante es el verdadero culpable, y en un momento de tensión, sorprendentemente dispara a Roman a cambio de parte del dinero robado. Con la muerte de Roman, el Comandante acepta el trato y sale de la casa creyendo que su engaño permanece intacto. Sin embargo, para su sorpresa, se da cuenta de que la bala de Sabian causó solo una herida superficial, y toda su confesión fue transmitida a la comisaría.

Esta ficción final cierra el círculo de nuestra historia, terminando como comenzó, con un engaño con un propósito justo.

Esta última farsa logra el equilibrio perfecto entre la confianza y el engaño. Para que la farsa fuera convincente, Roman tenía que confiar sin reservas en que Sabian tenía una noble razón para dispararle. Si bien es posible que no disculpe los esfuerzos que tomó Roman para limpiar su nombre, al optar por depositar toda su fe en otra persona, pudo restaurar su reputación y absolver su nombre.

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