“ Por primera vez no cuento con indicadores duros sobre el número de nuevos votantes registrados ni sobre cuántos se espera que llenen la boleta el día de la elección ”, dice a EL UNIVERSAL la presidenta del Proyecto de Educación para la Inscripción de Votantes en el Sudoeste ( SVREP, por sus siglas en inglés), Lydia Camarillo, quien lleva 21 años estudiando este dossier.
“Los planes diseñadores para impulsar el voto en las presidenciales por parte de nuestra comunidad se vinieron prácticamente abajo. La pandemia no ayudó, complicó todo ”, afirma.
Las expectativas para los comicios del 3 de noviembre eran sustanciales entre los promotores del voto hispano hasta antes de la aparición del Covid-19 . El latino es el electorado más joven y de mayor crecimiento en Estados Unidos, y constituye el segundo contingente más grande en un universo de 130 millones de sufragantes, después de los estadounidenses blancos .
Los patrones calculados desde 1996 indicaban que para este ejercicio habría 2 millones de latinos nuevos registrados en comparación con los comicios presidenciales de 2016, es decir, el empadronamiento latino pasaría de 15.5 millones a 17.5 millones; de ese total, 15.5 millones ejercerían efectivamente su voto. Se estima que 32 millones de latinos son electores y podrán sufragar.
La esperanza de que habría una movilización histórica aumentado tras las elecciones intermedias de 2018, las cuales dieron al Partido Demócrata la mayoría en la Cámara de Representantes.
Camarillo sostiene que por lo regular hay desinterés por las intermedias, pero en las de 2018 duplicaron prácticamente su presencia, pasando de 6.7 millones en 2014 a 11.7 millones de votos.
Las medidas restrictivas para frenar la expansión del Covid-19 terminaron por afectar los procesos de promoción del voto latino, el cual se distingue por un activismo basado en tocar puertas y el contacto entre personas. El virus eclipsó las ecuaciones para este 2020.
“A pesar de que no hemos podido operar como de costumbre, pienso que la población mexicana y latina acudirá en grandes números a las urnas —asegura Camarillo—. La gente está entusiasmada, veo ánimo en los jóvenes y en las mujeres, hay personas de 90 años que están haciendo ciudadanos para poder votar. Saben que es clave para protegerse y para frenar los ataques a nuestra comunidad ”.
Laura Rodríguez, vicepresidenta de Asuntos Gubernamentales del Center for American Progress Action Fund, también ve ánimo en la comunidad.
“ Es muy difícil saber cuántos votarán, pero debido al entusiasmo mostrado por los grupos latinos en estados como Florida y Texas, y los números elevados de votación anticipada, podemos prever que la participación será significativa. Me podría aventurar a decir que muy probable rebasará la barrera de los 2 millones [de nuevos sufragantes] en 2020 ”, estima en entrevista.
Con 800 mil latinos cumpliendo anualmente 18 años a nivel nacional, y considerando que la edad promedio del votante latino es de 22 años (a nivel nacional es de 27), la mira estaba puesta en los jóvenes.